El veterano activista vecinal, Primitivo Safont, vuelve a la carga ante el reiterado incumplimiento de la Ordenanza de Solares en el Municipio de Sagunto, denunciando que: «El control de la limpieza de los solares deja mucho que desear. El solar que hay en Alcalá Galiano, detrás de Mercadona, lo limpiaron, seguramente porque el Ayuntamiento ordenó que lo hicieran, pero las zarzas que dan a la acera se han quedado ahí y pasan los días sin que nadie las haya cortado». También se hace eco Safón de las quejas que le han trasladado vecinos de la calle Churruca, sobre la situación del vallado en un solar de la calle Nazaret, esquina Churruca, que, según indica, ofrece una imagen de «chabolismo».
Más adelante, Safont lamenta que ni el propio Ayuntamiento de Sagunto cumpla con la citada reglamentación: «Lo más cachondo es el solar que tiene el Ayuntamiento entre las calles Córcega, Menorca, el barrio del Padre Jaime y Ciudadmar. Ese solar, que es de propiedad municipal no hace mucho que lo estuvieron adecentando, seguramente el propio Ayuntamiento, porque, como digo, es de su propiedad, pero no lo terminó de limpiar. Lo que siempre está sucio, sucio se ha quedado. La maleza, allí, campa a sus anchas. Hay tres zonas que no están nunca limpias».
Asegura Safont que le envió una comunicación al alcalde, el socialista Darío Moreno, pero que no ha servido de nada: «Le mandé un correo al señor alcalde, quejándome de eso, y me respondió diciendo que daría parte a quien correspondiera, pero han pasado las semanas y eso no se limpia. ¿Qué pasa con los solares? ¿Quién controla que cumplan la normativa?, porque las zarzas siguen invadiendo las aceras. No lo controla nadie, esa es la triste realidad» denuncia el activista vecinal.
Concluye Primitivo Safont lamentándose de la situación a la que se ha llegado: «El Puerto está muerto, las ordenanzas no se cumplen y no pasa nada. El Ayuntamiento no controla ni exige que se cumpla la ordenanza de solares o la de convivencia, que prohíbe expresamente que se coloque publicidad en los coches, pero como nadie controla nada, se ponen los folletos, muchos terminan en el suelo y las calles están llena de papeles y porquería. Todo es por lo mismo, porque aquí nade vigila ni controla nada».
